2.2. Leyes del Matrimonio

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2.2. Leyes del Matrimonio

En occidente se cree que los matrimonios planificados constituyen un limitación del derecho de la mujer a escoger marido. En realidad, los matrimonios planificados entre familias mantenían la santidad del matrimonio, haciéndolo la unión de dos familias y no sólo de dos personas.

2.2.1. Ley de la Dote:

En occidente se suele creer que la dote constituye una especia de compra de la esposa. Más bien es una seguridad para su futuro y un signo del reconocimiento del esposo de su derecho a tener propiedad privada. Pues la dote es entregada a la novia, no al padre de ésta, y constituye su propiedad privada frente al mundo entero. Cualquier regalo específicamente otorgado por el esposo a la esposa tiene el mismo carácter de propiedad personal y puede ser usado, guardado para tiempos difíciles, enajenado libremente, dado en herencia, etc.

2.2.2. Leyes del Divorcio:

El Corán promueve el matrimonio legal “hasta su término”. Cita leyes de matrimonio y divorcio “como se debe”. Con el divorcio es necesario que repartir los bienes entre el hombre y la mujer. No se puede sujetar a la fuerza a la mujer. Se requiere de cuatro testigos para poder acusar a una mujer de una infidelidad. En el Corán se encuentra lo siguiente:
2:229. Si se deciden por el divorcio,... Dios todo lo oye, todo lo sabe.
2:230. Las divorciadas deberán esperar tres menstruaciones. No les es lícito ocultar lo que Dios ha creado en su seno si es que creen en Dios y en el último Día. Durante esta espera, sus esposo tienen pleno derecho a tomarlas de nuevo si desean la reconciliación. Ellas tienen derechos equivalentes a sus obligaciones, conforme al uso...
2:231. El divorcio se permite dos veces. Entonces, o se retiene a la mujer tratándola como se debe o se la deja marchar de buena manera. No os es lícito recuperar nada de lo que les disteis, a menos que las dos partes teman no observar las leyes de Dios. Y, si teméis que no observen las leyes de Dios, no hay inconveniente en que ella obtenga su libertad indemnizando al marido. Éstas son las leyes de Dios, no las violéis. Quienes violan las leyes de Dios, ésos son los impíos.
2:232. Si la divorcia, ésta ya no le será permitida sino después de haber estado casada con otro. Si este último la divorcia, no hay inconveniente en que aquéllos vuelvan a reunirse, si creen que observarán las leyes de Dios. Éstas son las leyes de Dios. Las explica a gente que sabe.
2:233. Cuando divorciéis a vuestras mujeres y éstas alcancen su término, retenedlas como se debe o dejadlas en libertad como se debe. ¡No las sujetéis a la fuerza, en violación de las leyes de Dios! Quien hace esto es injusto consigo mismo. ¡No toméis a burla los versos de Dios, antes bien recordad la gracia de Dios para con vosotros y lo que os ha revelado de la Escritura y de la Sabiduría, exhortándoos con ello! ¡Temed a Dios y sabed que Él es el Omnisciente!
2:234. Cuando divorciéis a vuestras mujeres y éstas alcancen su término, no les impidáis que se casen con sus maridos, si se ponen buenamente de acuerdo. A esto se exhorta a quien de vosotros crea en Dios y en el último Día. Esto es más correcto para vosotros y más puro. Dios sabe, mientras que vosotros no sabéis.
2:241. Hay que proveer a las divorciadas como se debe. Esto constituye un deber para los temerosos de Dios.
4:15. Llamad a cuatro testigos de vosotros contra aquéllas de vuestras mujeres que cometan deshonestidad.

2.2.3. La Poligamia:

Muhammad no inventó la poligamia, sino que era una práctica muy generalizada en su tiempo. En el mundo árabe, no había límite en cuanto al número de esposas que podía tener un hombre; y mientras más esposas tenía, mayor era su prestigio. El Rey Parvís de Persia tenía 12.000 esposas. Los judíos ponían un límite al número de esposas, también practicaron la poligamia Abraham, Jacobo, David y Solomón, sin que esto fuera motivo de suprimir sus palabras de la Biblia como testimonio revelado. En ninguna parte del Nuevo Testamento se indica que Jesús estableció la monogamia.

Las leyes de Dios cambian de una época a otra, de una religión divinamente revelada a otra, de acuerdo con las exigencias del tiempo. Al observar el proceso de la revelación progresiva, se nota una evolución paulatina hacia la monogamia. El Corán prescribe un máximo de cuatro esposas, pero después dice que es feliz el hombre que se contenta con una sola. Además, condiciona la poligamia al requisito de tratar a las esposas con perfecta justicia; mientras que en otra parte pregunta quién puede ser justo sino Dios. Por lo tanto, muchos musulmanes están convencidos de que el verdadero propósito de Muhammad fue el de introducir la monogamia. El Corán (4:3) dice: “...casaos con las mujeres que os gusten: dos, tres o cuatro. Pero. si teméis no obrar con justicia, entonces con una sola... Así, evitaréis mejor el obrar mal.”


2.2.4. Matrimonios de Muhammad:

Muhammad fue célibe hasta los 25 años. A esa edad se encontraba al servicio de una viuda adinerada de Meca llamada Khadíjah, quien Le había contratado como administrador de sus bienes debido a su fama de hombre sumamente honrado, cualidad que Le había merecido el sobrenombre de “Amín” (Confiable). Khadíjah le propuso matrimonio cuando ella tenía 40 años y Muhammad apenas 25. Eventualmente, ella llegó a ser la primera en creer en el Profeta.

Juntos tuvieron ocho hijos: cuatro varones, ninguno de los cuales sobrevivió la infancia; y cuatro hijas, tres de las cuales murieron antes de los 30 años, sin dejar hijos. Sólo le sobrevivió su hija Fátimah. Además, Muhammad adopta como hijos suyos a su sobrino ‘Alí, de quien tomó custodia al morir su padre Abú-Tálib y que más tarde se casaría con Fátimah; y al esclavo Za'yd, a quien compró para poder liberarlo.

Su vida juntos fue considerada por la gente de su tiempo como la familia ideal. Muhammad era un padre devoto, hombre de casa, y para sorpresa de sus familiares y conocidos, no tomó a ninguna otra mujer hasta los 50 años, cuando falleció su amada Khadíjah.

Posteriormente, al asumir Muhammad su calidad de Jefe de Estado de Medina, fue necesario dar hogar y protección a las esposas de los hombres caídos en las batallas de defensa de la ciudad. Además, una vez que los pueblos de Arabia y otros lugares comenzaron a unirse en masa al Islam, se hizo necesario que Muhammad honrase la costumbre de algunos de estos pueblos de formalizar los lazos de unión mediante el matrimonio. Por estos y seguramente otros motivos, Dios le reveló un mandato divino dando a Muhammad un permiso especial para casarse con más de cuatro mujeres:
¡Oh Profeta! Te hemos permitido tus esposas a quienes Tú les has entregado su dote, y también las sirvientes que tu mano derecha posee, de aquello que Dios te ha concedido; y las hijas de tu tío y tus tías, tanto paternos como maternas, quienes han huido contigo desde Meca, y cualquier otra mujer creyente, si ella se entrega al Profeta y si el Profeta deseara tomarla como esposa. Este es un privilegio particular que te ha sido otorgado por encima del resto de creyentes. (al-Ahz'ab, verso 49)
Estos matrimonios eran principalmente con viudas, como una protección hacia ellas. Eran de diferentes religiones, enseñando así la unidad y tolerancia religiosa. Los matrimonios de Muhammad después de Khadíjah fueron doce, que se describen brevemente a continuación:
  • Sawdah era la viuda de uno de los emigrantes a Etiopía. Su padre, Zam’ah, era un hombre de influencia en Meca. Se casaron un año después del fallecimiento de Khadíjah. Muhammad tomó como propio a su hijo ‘Abda’r-Rahmán.
  • ‘Á’ishah fue la primera niña nacida dentro del Islám y la única virgen con quien Muhammad se casó. Era hija de Abú-Bakr, el cuarto Musulmán y compañero de la Hijrah, quien había servido al Profeta hasta agotar sus posesiones. Era lo esperado que el padre sea honrado mediante este matrimonio. Se casaron después de hacerse Muhammad el Jefe de Medina. No hubo fiesta de boda; y como regalo de boda, Za’yd les mandó una fuente de leche fresca.
  • Hafsah era hija de ‘Umar Ibn al-Khattáb y viuda de uno de los 14 Musulmanes caídos en Badr. Se casaron después de la batalla de Badr.
  • Saynab Bint Khuzaymah era otra viuda de uno de los 14 Musulmanes caídos en Badr. Vivió sólo unos pocos meses después de su matrimonio con Muhammad.
  • Umm-Salamah era la viuda de Abú-Salmah, un emigrante a Etiopía que cayó en Uhud.
  • Zamab Bint Jahsh era hermana de ‘Abdu’lláh, un Musulmán que cayó en Badr, prima de Muhammad y ex-esposa de su hijo adoptivo Za’yd, con quien se había casado contra su voluntad debido a la situación social inferior de éste. Fueron casados en marzo de 627 cuando ella tenía unos 37 años. Algunos acusan a Za’yd de haberla divorciado para que se pudiera casar con Muhammad. Para conocer la refutación del Corán a esta acusación, véase Surah 33, versos 36-40.
  • Máríah fue enviada con su hermana Shírín, siendo ambas esclavas, como regalo del rey de Egipcia en respuesta a la carta de proclamación de Muhammad. Éste sólo se casó con una de las hermanas, Máríah. Fue la única esposa con quien tuvo un hijo Muhammad, a excepción de Khadíjah. El hijo, llamado Ibráhím, murió en su infancia.
  • Juwayríyah era hija de al-Hárith, jefe de la tribu derrotada de Banu’l-Mustaliq. Fue tomada prisionera, declaró ser Musulmana y Muhammad paga su rescate. Su padre se hace Musulmán y Muhammad le pide escoger si irse o quedarse con Él; Juwayríyah decide quedarse. Se casaron en diciembre del año 627.
  • Umm-Habíbah fue hija de Ab´-Sufyán, enemigo de Muhammad, viuda de ‘Ubaydu’lláh Ibn Jahsh, hermano de Zaynab. Estuvo entre los emigrantes musulmanes a Egipto y su matrimonio fue arreglado por el rey de Egipto, quien la envió a Medina. Este matrimonio cimentó los vínculos con la Casa de Umayyah.
  • Safíyah era la hija de Huyy Ibn Akhtab, antiguo enemigo de Muhammad, y la esposa de Kináhah Ibn Abi’l-Huqayq, líder judío de Khaybar, quien quebrantó el acuerdo con Muhammad y fue ejecutado por ello. Fue tomada presa por un Musulmán y liberada por Muhammad. Se hizo Musulmana y se casó con el Profeta en el año 628. Al ser tratada con desdén por otras esposas de Muhammad por ser judía; Él las reprendió diciendo: “Aaron era mi padre y Moisés mi tío”.
  • Maynúmáh era una viuda, hermana de una de las esposas de ‘Abbás. Este matrimonio arreglado por ‘Abbás durante el peregrinaje a Meca en el año 629. Muhammad quiso alargar el plazo de 3 días otorgados para el peregrinaje e invitar a los mequenses a una fiesta, pero éstos respondieron: “No necesitamos tu comida; sal de la ciudad”.
¿Cuál fue la razón de estos matrimonios? ¿Fueron motivados por la lujuria y el deseo, o por algún propósito más trascendente? Revisemos a continuación las respuestas de algunos estudiosos en la materia. Sir John Glubb señala:
“...es digno de notarse que, de todas sus esposas, únicamente Aisha era virgen al casarse. Zainab bin Jahash era divorciada y las demás eran viudas, algunas de las cuales según parece no eran particularmente atractivas. Además, el Apóstol se casó a la edad de 25 años con Khadija, una viuda considerablemente mayor a Él. Permaneció completamente fiel a ella durante veinticuatro años hasta su fallecimiento”.
Sir John añade:
“Es notable que el Apóstol, siendo aún joven, tuvo seis hijos con Khadija; y sin embargo no tuvo ningún hijo con las doce mujeres posteriores a ella, a excepción de un hijo con Mariah... La mayoría de sus esposas, aunque no se encontraban en plena juventud, eran capaces de tener hijos. En Medina, Muhammad tuvo cada vez menos tiempo de ocio y a menudo debe haberse sentido mental y físicamente exhausto... Estas no son circunstancias bajo las cuales un hombre se interesa en la indulgencia de una sexualidad extrema”.
El profesor Montgomery Watt comenta que: “La mayoría de los matrimonios de Muhammad, así como aquellos que Él arregló para sus hijas y allegados, resultan haber tenido motivos políticos de una índole u otra.” Finalmente, H.M. Balyuzi concluye:
"En primera instancia, hay que tener en cuenta que durante toda la vida de Khadíjah (quien era mucho mayor a Muhammad) el Profeta no tomó ninguna otra esposa. Los árabes eran polígamos y nada le detenía a Muhammad si hubiese querido casarse con una mujer menor a Khadíjah durante su vida. Y después del fallecimiento de Khadíjah, él no se precipitó en seguida a casarse nuevamente. La historia de sus matrimonios posteriores ... demuestra en forma concluyente que los matrimonios del Profeta no eran los de un hombre entregado a la lujuria, como a menudo alegan sus detractores.

"El historial de la vida de Muhammad, una vez liberada de las trabas aplicadas por Musulmanes ignorantes del pasado, habla por sí sola. El Apóstol de Dios es reivindicado por Sus logros – brillantes, intachables y duraderos".


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