5. Muhammad: ¿Falso Profeta?

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Capítulo 5.
Muhammad: ¿Falso Profeta?


Ha sido llamado en occidente un “falso profeta”, un “anticristo”, un “hereje mentiroso”, un “embustero” y, según Lutero, “una creación del diablo”. Analizaremos estas acusaciones en este capítulo, no para comprobar su calidad de profeta, pues esta obra no pretende convencer al lector de la validez de su misión, sino más bien de establecer claramente lo que NO es, a fin de que el lector tenga el campo libre para averiguar por sí mismo lo que SI es.

La verdadera naturaleza de Muhammad y su religión es por lo general distorsionada en los planteles educativos de occidente, ya sea por ignorancia, por malicia, o por promover sus propias especulaciones personales, como veremos en los siguientes tres ejemplos tomados del propio Ecuador:

- Una monja profesora en Ibarra le contaba a sus alumnos que el santuario de Muhammad era un gran edificio cúbico, dentro del cual habían 12 poderoso imanes. El sarcófago del Profeta era de metal y los imanes lo mantenían suspendido en el aire. Así esta profesora hacía alarde de su ignorancia, pues el edificio cúbico es el Kabbá en la ciudad de Meca, que alberga la Piedra Negra. Los restos mortales del Profeta no están enterrados allí, sino en Medina, debajo del piso de su casa en un sarcófago de madera. Finalmente, los “12 Imanes” en realidad son los descendientes de Muhammad que lo sucedieron después de su fallecimiento.

- Un profesor católico en Quito decía a sus estudiantes que Muhammad tenía una paloma entrenada. El Profeta supuestamente colocaba un grano en su oído y la paloma volaba hasta su hombro para comer el grano. Entonces Muhammad recitaba una revelación, haciendo parecer que el Espíritu Santo lo había susurrado en su oído. Con semejante invento, este profesor intentaba desacreditar su calidad de Mensajero Divino.

- Un profesor de literatura en Otavalo estaba convencido de que Muhammad era un extraterrestre; y exigió a sus estudiantes leer una serie de textos que apoyaban tal afirmación.

Los Musulmanes no adoran a Muhammad como a un Dios, sino que lo consideran como un Mensajero divino, un Enviado de Dios, un Profeta. Para defender la tesis de "falso profeta", habría que demostrar que fuera totalmente demente o completamente centrado en sus propios deseos egoístas. En este capítulo se demostrará que ninguno de los dos se aplica. Comencemos conociendo lo que opinan no musulmanes, estudiosos objetivos del Islám, acerca del carácter de Muhammad:

Para comenzar, es interesante la narración de un viaje de negocios a Siria con su tío, cuando el joven Muhammad fue escudriñado por un monje cristiano, quien percibió en él ciertos rasgos que predecían su futuro rango como Profeta.

En la Enciclopedia Británica, volumen 12, leemos que "...un conjunto de estudiosos de fuentes fidedignas, muestra que él fue un hombre honesto y recto, quien se ganó el respeto y la confianza de quienes fueron también hombres correctos de su tiempo".

George Bernard Shaw dice acerca de Muhammad: "Él debe ser llamado el Salvador de la Humanidad".(1)

Thomas Carlyle, en "Héroes y Adoración de Héroes" se asombró e "cómo en dos décadas un solo hombre pudo unir a tribus combatientes y beduinos nómadas en la más poderosa nación civilizada."

Michael Hart, quien en 1978 realizó una evaluación, basada en criterios objetivos, de los 100 personajes más influyentes en la historia del mundo, concluye: "Mi elección de Muhammad como el número uno en la lista... puede sorprender a algunos lectores y puede ser cuestionado por otros, pero él fue el único hombre en la historia quien ha sido supremamente exitoso en ambos niveles: secular y religioso".

Diwan Chand Sharma, en "Los Profetas del Este", escribe: "Muhammad fue el alma de bondad y su influencia fue sentida y nunca olvidada por aquellos que estuvieron alrededor de Él".

Mahatma Gandhi, el gran reformador hindú, dice en "India Joven":

"Yo quería saber más acerca del personaje del que se sostiene hoy en día que ha arrebatado millones de corazones en la humanidad... Quedé más que convencido que no fue la espada la que ganó un lugar para el Islám. Fue la simplicidad, el pronunciamiento propio del Profeta, la escrupulosa observancia de sus promesas, su intensa devoción a Dios, el respeto a sus amigos y seguidores, su intrepidez, su absoluta confianza en Dios y en su propia misión. Esto y no la espada lo llevó a sobrepasar cada obstáculo. Cuando yo cerré el segundo volumen de la biografía del Profeta de Dios, sentí mucho que no hubiera más que leer de este excelso personaje".

K.S. Rama Krishna Rao, profesor hindú de filosofía, en "Muhammad, Profeta del Islám", lo llama "El modelo perfecto para la vida humana" y lo describe así:

Es demás difícil de adentrarse en la verdad completa de la personalidad de Muhammad. Puedo solamente dar un vistazo de ella. ¡Qué dramática sucesión de escenas pintorescas! Muhammad el Profeta, Muhammad el Guerrero, Muhammad el Comerciante, Muhammad el Estadista, Muhammad el Orador, Muhammad el Reformador, Muhammad el Refugio de Huérfanos, Muhammad el Protector de Esclavos, Muhammad el Emancipador de Mujeres; Muhammad el Juez, Muhammad el Más temeroso de Dios, en conjunto estos magníficos roles en todos los campos de la actividad humana. Él es igual a un héroe.


Notas:

(1) Citado en "El Islám Genuino", Singapur, Vol. 1, No. 8, 1936.

(2) La mayoría de estas citas fueron encontradas en un tríptico del Centro Islámico del Ecuador, titulado "Usted debe Conocer a este Gran Personaje", por el Ing. Hesain Pasha.

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