6.2. El Dios de Muhammad

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6.2. El Dios de Muhammad


Una objeción muy común que se escucha al hablar del Islám, es que los Musulmanes creen en un Dios distinto al de los Cristianos y Judíos. En primera instancia, es importante aclarar que los Musulmanes no adoran a Muhammad como a un Dios, como algunos Cristianos lo hacen con Jesús. El mundo islámico toma la vida diaria de Muhammad como ejemplo perfecto de las enseñanzas del Corán puestas en práctica. Sin embargo, la máxima autoridad del Islám no es Muhammad, sino 'Alláh; y su libro sagrado, el Corán, no se considera de autoría de Muhammad sino de 'Alláh, aunque por intermedio de su Profeta.

Constituye un error común en Occidente suponer que el Dios proclamado por Muhammad, con el nombre de ‘Alláh, es diferente al Dios Judeocristiano. En realidad, sin embargo, ‘Alláh no es otro Dios, sino la forma como se dice "Dios" en árabe. En el tiempo de Muhammad, los politeístas empleaban el término “’al-iláh-há”. “’al” es un artículo (el), “iláh” significa dios, y “há” convierte el conjunto en plural, o sea “los dioses”.

Una de las enseñanzas más fundamentales de Muhammad es el monoteísmo. Él insistía ante los idólatras de su pueblo que “lá ‘iláh-há illa ‘al-Iláh”, es decir “no existen ‘iláh-há (los dioses), sino sólo ‘al-Iláh (el Dios Único)” o, en otras palabras, “no hay más dios que Dios”. Con el tiempo el artículo "'al" y el sustantivo "Iláh" se contrajeron, fundiéndose en una sola palabra "Alláh" (manteniéndose la pronunciación de las dos eles, no como “elle” en castellano).

Otra evidencia de que ‘Alláh es el mismo Dios judeocristiano es que la traducción de la Biblia al árabe, utilizada por Judíos y Cristianos árabes, emplea la palabra “‘Alláh” para referirse a Dios. Afirmar que ‘Alláh es otro Dios es como decir que “God” en inglés, “Got” en alemán, “Dieu” en francés y “Dios” en castellano son cuatro dioses diferentes. Esto obviamente sería un error, pues los mismos Judíos y Cristianos hablantes de dichos idiomas usan tales nombres. Finalmente, se sabe que la familia de Jesús era de Nazaret, donde se hablaba arameo; y que en ese idioma, Dios también se dice “Eláh”. Es un nombre afín a las palabras 'Eloah' y 'Elohim' (1) en hebreo, que Jesús mismo usó en la cruz al exclamar 'Eloí, Eloí, ¿lemá babactani?', que se traduce: 'Mi Dios, mi Dios, ¿por qué me has abandonado?' (Marcos 15:34).

Sin importar el nombre con el cual invocamos a Dios, si nuestra intención es referirnos al único Creador y Soberano de todo, entonces estamos hablando de lo mismo. Algunos de estos nombres significan simplemente "Dios" y otros hacen referencia a una determinada cualidad suya. Pues los atributos divinos son infinitos, y cada nombre de Dios expresa una de estas innumerables hermosas cualidades. Así, para los antiguos Hebreos, era “El-Shaddai” (el Todopoderoso), y posteriormente “Jehovah” (Yo Soy Él Que Soy). Jesús acostumbraba llamarlo “Abbá” (Papá) con cierta familiaridad. Las religiones orientales usaban nombres como “Bagwan”, “Ahura-Mazda”, “Lokuttra” y “Ansankhata”, mientras que los pueblos indígenas de las Américas lo decían “Inti” (Orbe Central del Universo) en el Sur y “Tunkásila” (Abuelo) en el Norte. Entre las religiones tradicionales de la África se emplean nombres como “Modimo” en Botswana, “Molimo” en Lesotho, “Mulunga” en Mozambique, “Mungu” en Tanzania, y “Unkulunkulu” en Sudáfrica, Zimbabwe y Swazilandia.

Aunque todos llamásemos a Dios por el mismo nombre, ¿cómo saber que nuestro concepto de la divinidad es el mismo? Muchas veces, aunque empleamos las mismas palabras, nos referimos a cosas muy diferentes. Por ejemplo, para unos la “vela” podría ser una fuente de luz, mientras que para otros sería una tela que sirve para mover un barco en el viento. Para conocer el concepto de Dios en los diversos Libros Sagrados del mundo, es imperativo determinar en qué términos se refieren a Él. Muhammad dice en el Corán: “Dios posee los nombres más bellos. Empléalos, pues, para invocarle y apártense de quienes los profanen, pues ellos serán retribuidos con arreglo a sus obras”. (7:179)

Los nombres y atributos de Dios en el Corán incluyen los siguientes, y se sugiere leerlos uno por uno en actitud de reflexión, para ver si este es el mismo concepto de Dios que tiene el lector:

El Uno, el Único, el Primero, el Último, el Origen, el Eterno, el Permanente, el Productor, el Benéfico, el Que Mira, el Que Escucha, el Ensanchador, el Interno, el Externo, el Levantador, el Benigno, el Irresistible, el Majestuoso, el Que Agarra, el Que Reúne, el Separador, el Juez, el Que Ajusta Cuentas, el Agradecido, la Verdad, el Sabio, el Bondadoso, el Loable, el Viviente, el Bien Informado, el Creador, el Que Abate, el Lleno de Majestad y Generosidad, el Gentil, el Misericordioso, el Compasivo, el Proveedor, la Guía, el Vigilante, la Paz, el Testigo, el Paciente, el Que Empuja, el Que Aplaza, el Que Aflige, el Justo, el Clemente, el Indulgente, el Poderoso, el Rico, el Precioso, el Grande, el Conocedor, el Elevado, el Abridor, el Capaz, el Santo, el Victorioso, el Fuerte, el Que Subsiste por Sí Mismo, el Grande, el Magnánimo, el Generoso, el Noble, el de Gracia, el Creyente, el Que se Exalta a Sí Mismo, el Grandioso, el Firme, el Fundador, el Respondedor, el Glorioso, el Que Cuenta, el Formador, el Que Honra, el Exaltador, el Que Humilla, el Conocedor, el Enriquecedor, el Mantenedor, el Que Extermina, el Restaurador, el Que Efectúa, el Prevaleciente, el Equitativo, el Rey, el Poseedor del Reino, el Dador de Vida, el Que Mata, el Perdonador, el Vengador, el Vigilante, el Guardián, el Favorable, el Que Ayuda, la Luz, la Guía, el Amoroso, el Heredero, el Vasto, el Guardián, el Custodio, el Patrón, el Protector, el Donador.

6.1.3. Concepto de Jesucristo y la Virgen María:

Para tratar este tema, baste leer una parte del Vaticano II, emitido por el Concilio Ecuménico de 1963-65:

La Iglesia ... considera a los musulmanes con gran aprecio. Ellos adoran a un solo Dios, Viviente y Perdurable, Misericordioso y Todopoderoso, Hacedor del cielo y la tierra, Quien habla a los hombres. Se esfuerzan por someterse de todo corazón incluso a sus decretos inescrutables, tal como lo hizo Abraham, con quien la Fe Islámica se complace en asociarse. Aunque no reconocen a Jesús como Dios, lo veneran como un profeta. También honran a María, Su virgen madre; y en ocasiones también la invocan con devoción. Además, esperan el Día del Juicio cuando Dios le dará a cada hombre su merecido después de levantarlo. En consecuencia, exaltan la vida moral y adoran a Dios, en particular mediante la oración, la caridad y el ayuno.... este más sagrado Sínodo llama a todos a olvidar el pasado y a esforzarse sinceramente hacia la comprensión mutua.

...la Iglesia afirma ahora que todos los pueblos de la tierra, con sus diversas religiones, forman una sola comunidad; la Iglesia respeta los valores espirituales, morales y culturales del Hinduismo, del Budismo y del Islám... En la compañía de los profetas... la Iglesia espera aquel Día, conocido únicamente por Dios, cuando todos los pueblos se dirigirán al Señor de una sola voz y “lo servirán en armonía”.(2)


Notas:

(1) El pluralis majestatis de Eloah.

(2) “Documents of Vatican II, Ecumenical Council 1963-65”, Abott & Gallagher, pp. 663, 658.

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