1.2. Influencia Islámica en Iberoamérica

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1.2. Influencia Islámica en Ibero América

Mucho de nuestro lenguaje, costumbres y cultura están profundamente impregnados con el espíritu del Islám y las tradiciones árabes. Incluso, si el lector tiene algún ascendente español, no es poco probable que tenga sangre árabe corriendo por sus venas, o incluso que su apellido sea de origen árabe.(1)

1.2.1 Cuestiones de Lenguaje:

Muchas personas no se animan a investigar el Islám por que el idioma árabe, que prima en la cultura islámica, les parece tan extraño. Es cierto que su escritura es muy diferente de la nuestra, pero la lengua en sí no es tan lejana del español como a primera vista parecería. Es realmente sorprendente el tamaño del Diccionario de Arabismos en Español. De hecho se dice que cuando hablamos castellano, en realidad estamos hablando árabe sin saberlo. Para comprobarlo, lea el siguiente texto, a ver cuánto puede entender:
El alfarero alquilaba un bazar en Guadalajara, un almacén azul cerca de la aduana y del alcalde, con una alacena para el arroz, el aceite, las aceitunas, alforjas de garbanzos. Los alfajores, un fardo de limones y naranjas, los caramelos, arrobas de azúcar y quintales de café. En un rincón, junto al almanaque, la alfombra y el tambor, se dibujaba una azucena, el alhelí y los lozanos jazmines.

El alguacil de la aldea, un alférez, golpeó adrede a un fulano en la mazmorra por que el haragán robó los candiles, las aquilatadas alhajas y los zafiros del sofá del almirante y del anaquel taraceado de marfil. Ojalá le quiten el dinero.

El alfeñique y el albañil se carcajeaban mezquinamente hasta jadear, y en jerga, de los zaguanes del arrabal por sus adobes carmesí baratos. El zutano zapateaba en la azotea sobando su jarro de alcohol.
¿Pudo leerlo? Aunque usted no lo crea, el 95% de los sustantivos, verbos, adverbios y adjetivos en este texto provienen del árabe. Si el lector desea conocer qué otras palabras que provienen del árabe, algunos diccionarios de la lengua española incluyen indicaciones cuando la palabra tiene raíz árabe, por ejemplo: “alcoba. (Del ár. al-kubba, la cúpula, la bóveda, el gabinete.)”.

Muchos nombres de ciudades y otros lugares de Iberoamérica son árabes, por ejemplo: Albacete [Al-Basil], Alcalá de Henares [Al-Qa’lah an Hahr], Alcantara [Al-Qantara], Alcira [Jazirat Shuvr], Alcoy [Akloyil], Algeciras [Al-Jazirah Al-Khadra], Alicante [Al-Akant], Almanza [Al-Manza], Almeria [Al-Mariyah], Antequera [Antaquira], Ávila [Abula], Badajoz [Batalyaws], Cáceres [Al Kacerwes], Cádiz [Qadis], Calatayud [Kalat Ayub], Córdoba [Corduba], Evora [Jabuira], Gerona [Jerunda], Granada [Gharnatah], Guadalajara [Wadi Al-Hijarah], Guádix [Wadi-Ash], Jaca [Dyaca], Jaén [Jayyan], Lérida [Lareda], Lisboa [Lixbuna], Madrid [Majrit], Málaga [Malaka], Pamplona [Bambalunah], Salamanca [Salmanica], Toledo [Tulaytulah], Valladolid [Velad Ulid], Zaragoza [Sarakosta], y muchos más.

Igual cosa sucede con nombres propios como Emma, Soraya y Omar, y apellidos como Alcázar, Almenara, Ávila, Córdova, Guzmán, La Madrid y Medina. Otros, como Cáceres, Sevilla y Trujillo, constituyen la “arabización” de nombres latinos. Entre otras contribuciones a la lingüística castellana se encuentra la pronunciación lingo¬dental de la zeta castiza y el uso de la “h” aspirada, como en la palabra “halar”.

1.2.2 Cultura Árabe en Nuestro Hogar:

¿Cuántos aspectos de nuestra cultura provienen de la civilización islámica? Algunos de los juegos populares de la actualidad también lo eran en la España árabe, de donde los trajeron los conquistadores españoles. Tal es el caso del ajedrez, de origen hindú, y los siempre presentes naipes o barajas.

Varios bailes tradicionales y géneros musicales tan “nuestros” como los villancicos navideños son en realidad tonadas árabes, además de la música y danza flamenca. Además de las espléndidas muestras de arquitectura árabe en España, entre las cuales se destaca el lujoso palacio de la Alhambra en Granada, muchas de las más hermosas obras de arte religiosas de Latinoamérica tienen una acusada influencia "mudéjar".(2)
"La herencia islámica ha seguido íntimamente vinculada con la cultura hispanoamericana, donde las ciudades mineras de Perú y Bolivia enseñan todavía la mano de obra de los desterrados artesanos mudéjares de los siglos XVI y XVII. La Capilla Real de Cholula en México es una auténtica hija de la Gran Mezquita de Córdoba, con sus bóvedas y arcos. Nietos de estos artesanos construyeron a mediados del siglo XVIII el claustro Mudéjar de la Universidad Nacional de San Carlos, en la Antigua Guatemala."(3)
¿Quién no ha leído los cuentos árabes de las Mil y Una Noches, Aladino y su Lámpara Maravillosa, Simbad el Marinero, Alí Babá y los Cuarenta Ladrones? También algunos de los clásicos de la literatura castellana, así como los místicos católicos, se inspiraron en obras que sus colegas árabes habían producido. Literarios como Lope de la Vega, Calderón de la Barca, Cervantes, Quevedo y escritores como Dante, La Fontaine, Anderson y Grimm, se inspiraron en ideas y temas populares de la cultura islámica.

El Islám nos dio muchas de nuestras buenas costumbres, tales como no entrar en casa ajena sin ser invitado, no llegar a la hora de comer, tocar la puerta para entrar, acompañar al huésped hasta la puerta cuando se marcha, no colocar obstrucciones en la vía pública, e incluso no reírse cuando alguien pasa aire. Inclusive es de origen árabe la costumbre de colocar una escoba detrás de la puerta para que se vaya un inoportuno.

Algunos de nuestros dichos populares son ecos la moral islámica. Tal es el caso de "en boca cerrada no entran moscas" y "el ojo del amo engorda al caballo". Aún mantenemos como nuestras ciertas supersticiones árabes como los antojos de las embarazadas, que el comer los rabos de la pasa mejora la memoria, que cuando una conversación entre varias personas se interrumpe es por que ha pasado un ángel, que los niños que juegan con fuego orinan en la cama, que es mala suerte romper un espejo, así como y el mal agüero del número trece.

Sería difícil encontrar algún aspecto de la vida cotidiana actual que no tuviese algún origen musulmán. Cada vez que nos lavamos las manos con jabón, escribimos en una hoja de papel, contamos del uno al diez, almorzamos arroz con albóndigas, o tomamos un café acompañado de buñuelos en almíbar, estamos disfrutando de frutos de la civilización islámica.

¿Por qué tenemos tanto en común con la cultura islámica? Es un secreto a voces que los Musulmanes reinaron en España durante 800 años, mucho más tiempo que los 500 largos años de cultura hispana en Latinoamérica. Este período islámico comenzó con la conquista de España por los árabes en el año 711 AD, apenas 90 años después del fallecimiento de Muhammad, y terminó el mismo año del inicio de la Conquista española en las Américas en 1492. España sirvió de plataforma de lanzamiento para que la cultura islámica influyera poderosamente, tanto en Europa como en las Américas. Veremos en la siguiente sección la forma como esto sucedió.

Notas:
  1. El material para esta sección fue adaptado en gran parte del primer capítulo de un estudio titulado “Muhammad: Profeta de Dios” por Boris Handal.
  2. El término mudéjar hace referencia a los musulmanes bajo dominio cristiano hacia finales de su presencia en España y, por extensión, a las artes producidas por los mismos.
  3. Tomado de un tríptico "El Islám de un Vistazo", publicado por el Centro Islámico del Ecuador.

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