3.1. Fanatismo vs. Obediencia
Algunas personas llaman fanáticos a quienes cumplen a cabalidad con las leyes y prácticas de su religión, como por ejemplo los “curuchupas” que asisten a misa regularmente. Esto supone que lo “normal” es cumplir a medias los deberes religiosos, y que observarlas estrictamente es “ir a un extremo”. Como resultado, hay muchas personas hoy en día que dicen pertenecer a una determinada religión, pero que no viven de acuerdo con sus enseñanzas. En el Islám, sin embargo, como en todas las grandes religiones mundiales, la fe no se manifiesta meramente en palabras, sino en acciones concretas.
Por lo general, el acusar de “fanáticos” a quienes cumplen con las prescripciones y prohibiciones de su religión, sirve de pretexto para quienes no las cumplen, para justificar su propia desobediencia. Pero, ¿para qué comprometerse con una fe si no pensamos seguirla? La religión constituye un modo de vida, o acaso meramente adorno que se coloca en la pared y se desempolva una vez por semana? En el Corán dice: “Dios no os reprenderá por la jactancia de vuestros juramentos, pero os reprenderá por aquello en lo que os comprometisteis en vuestros juramentos y no lo cumplisteis” (5:91/89).
Cada musulmán está llamado a edificar su vida sobre los llamados "Cinco Pilares de la Fe Islámica", como siguen:
(1) Testificar que "No hay más dios que el Dios Único y Muhammad es su Profeta" [Chahadatain];
(2) Realizar la oración obligatoria [Salat] cinco veces al día;
(3) Observar el ayuno [Siyam], que consiste en no ingerir nada desde el alba hasta la noche durante el mes de Ramadán;
(4) Pagar el "Zakat", una contribución del 2% de sus ingresos anuales a los pobres y a la fe mediante la cual se purifican los bienes terrenales;
(5) Efectuar el peregrinaje [Hajj] al Ka'ba en la ciudad de Meca, al menos una vez en su vida, siempre y cuando su salud y medios materiales se lo permitan.
Además se abstiene rigurosamente de mentir, robar, cometer adulterio, tomar bebidas alcohólicas, participar en juegos de azar, aparecer en público con el cuerpo descubierto, etc. [ incluir algunas de las prohibiciones que más se cometen en el Ecuador ] No se prescribe en el Islám tales prácticas extremas como el celibato o el monasticismo, las cuales no se consideran sinónimos del camino piadoso por negar la naturaleza del ser humano. ¿Es malo esto? ¿Sería mejor persona si cumpliese sólo ocasionalmente o únicamente una parte de estas prescripciones de la espiritualidad?
No es virtuoso orientar vuestras caras hacia el Levante ni al Poniente, sino la virtud es creer en Dios Único y en el Último Día, en los Ángeles, las Escrituras y los Profetas; más aquel que por amor a Dios ofrece sus posesiones a sus parientes, a los huérfanos, a los necesitados, al caminante, y a los mendigos y rescata a los cautivos, hace observancia del rezo y da la limosna prescrita, cumpliendo con los compromisos contraídos, es paciente en la miseria y la adversidad y en tiempo de combate; ellos son los temerosos de Dios". (2:177)
Veamos qué dicen las Enseñanzas de Jesús acerca de la obediencia. Dice quien lleva mi nombre y no cumple mis enseñanzas, no es de mi. También nos pide ser fríos o calientes, pues si somos tibios nos escupirá de su boca. Los Cristianos originalmente tenían el “Padrenuestro” como oración obligatoria a ser recitada tres veces al día, el Cuaresma consistía de cuarenta días de ayuno. Cristo prohibió la mentira, el robo, el adulterio, la murmuración, etc
En conclusión, la obediencia no es sinónimo de fanatismo, sino de equilibrio y estabilidad. Más bien, quienes “van a los extremos” son de dos tipos. Los primeros no obedecen las leyes de su propia religión ni las de su país, lo cual resulta en perjuicios para ellos mismos y los demás. El otro extremo consiste en exigir obediencia de otros, espetando a quienes no tienen el mismo grado de fe. Esto está prohibido en el Islám, pues el Corán advierte a los creyentes (“no criticar a los seguidores de otras religiones si no siguen los preceptos del Islám”).
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