3.4. Muhammad: ¿Último Profeta?

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3.4. Muhammad: ¿Último Profeta?

Otro aspecto del fanatismo es creer que el profeta, la religión o el grupo de uno sea, no necesariamente el único valedero, pero sí el último. Un ejemplo de esto es que algunos Judíos rechazan la posibilidad de que las leyes de Moisés puedan ser modificadas y actualizadas por un Profeta posterior, pese a que Moisés profetizó la venida de un Profeta como Él.

Otro ejemplo es que ciertos grupos Cristianos creen que Jesús fue la manifestación definitiva de Dios a los hombres, pese a profecías en el Antiguo y Nuevo Testamentos respecto a la llegada de Mensajeros divinos posteriores, y a que Jesús mismo había dicho a sus Apóstoles hacia el final de su ministerio en la Tierra: "Muchas cosas tengo para deciros, pero más ahora no podáis sobrellevar".

En el Islám se acepta la verdad de la línea de Profetas anteriores a Muhammad, como vimos en lo anterior, pero de pronto algunos Musulmanes cortan esta línea y presentan a Muhammad no meramente como el Profeta más reciente, sino como el último y definitivo. Veamos a continuación si esto está de acuerdo con las enseñanzas del Corán.


3.4.1. Sello de los Profetas:

La fuente de este concepto es una cita del Corán en la que Muhammad se describe como el “Sello de los Profetas”: "Muhammad ... es el "Apóstol de Dios y el Sello de los Profetas..". (33:40)

El término en árabe es Khatim-an-Nabíyyin o, alternamente, Khatam-an-Nabíyyin.(1) La palabra Khatim significa último, mientras que Khatam significa joya, anillo, o sello.(2) La palabra Nabíyyin significa profetas, siendo la forma plural de la palabra Nabí o profeta menor. Por lo tanto, este distintivo dado a Muhammad podría significar “Último de los profetas”, “Sello de los profetas”, “Anillo de los profetas”, o “Joya de los profetas”.

La interpretación que cada uno dé al término dependerá de lo que desea expresar. Si se quiere verlo como un reconocimiento de la pristina brillantez del carácter, espíritu, enseñanzas e influencia de Muhammad, se entenderá como “Joya”. Si el propósito es expresar su humildad de espíritu o modestia frente a los Profetas que lo precedieron, sería como un “Anillo” en la mano de esos Profetas. Sin embargo, si el propósito es darlo el carácter de definitivo, entonces la interpretación que más se adecua es la de “último” o “sello”.

En este contexto, es interesante notar que en el Corán, Dios también dice que Muhammad es su primer Profeta y Mensajero: "No hemos enviado a ningún Apóstol, ni a profeta alguno, antes de Ti..". (22:51). De este modo, no es sólo el último, sino también primero. Ya hemos visto que el Corán enseña que la unidad de todos los Mensajeros de Dios: “No hacemos distinción alguna entre cualquiera de Sus Apóstoles" (22:51). Es decir, cualquier cosa que se aplica a uno de Ellos se aplica a los demás. Esto implica que si uno de Ellos es el Primero y el Último, todos Ellos lo son. La Biblia confirma esto al decir que Jesús también es el Alfa y el Omega, es decir, el Primero y el Último (Revelación 1:8).

Sería interesante explorar por qué la gente busca motivos de exclusividad. ¿Será por una suerte de “tribalismo religioso”?

La cita en cuestión también se refiere a Muhammad como el Apóstol de Dios. La palabra árabe para Apóstol, Enviado o Mensajero divino es Rasúl, mientras que Nabí significa "Profeta" en el sentido de quien predica la venida del Día del Juicio(3), como Isaías o Juan el Bautista. Un Rasúl, en cambio, no sólo profetiza el futuro, sino que revela un nuevo Libro Sagrado con nuevas enseñanzas, leyes y ordenanzas para guía de la humanidad. Por ejemplo, en el Corán se refiere a Moisés como Nabí y Rasúl a la vez: "Y conmemora a Moisés en el Libro, pues Él fue un Hombre de pureza; además, Él fue un Apóstol (Rasúl) y un Profeta (Nabí)” (19:52); mientras que Aarón es únicamente Nabí: “Y nosotros le otorgamos a Él (Moisés), en nuestra misericordia, a Su hermano Aarón, un Profeta (Nabí)” (19:54).

En vista de todo esto, la cita al inicio de este acápite debe entenderse: "Muhammad es el Rasúl de Dios y el Sello de los Nabí". Si aceptamos las versiones “Sello de los Nabí” o “Último de los Nabí”, esto no significa que Muhammad sea el último Rasúl o Mensajero divino, sino el último en advertir y preparar al mundo para el advenimiento del Día del Juicio. Esto es confirmado en el hadith de "Omar y la Profesía", según el cual Muhammad habría dicho "Si me sucediese un profeta (Nabí), habría sido Omar" y en el hadith de "La Posición", en el que dice "...después de mí no habrá otro profeta (Nabí)".

Por lo tanto, Muhammad no decía que las puertas de la Revelación Divina se encontraban cerradas por siempre, sino que el Día del Juicio estaba ya próximo por venir, y que ya no habrían más Profetas para anunciar su llegada (Nabí), sino que el siguiente Mensajero divino (Rasúl) inmediatamente después de su dispensación sería quien traiga el Día del Juicio al mundo.

En otras palabras, Muhammad representaría el fin del ciclo de profecía y el comienzo de un nuevo ciclo de cumplimiento de las promesas de antaño.


3.4.2. ¿La Mano de Dios está Encadenada?

A quienes creían que Moisés era el último Profeta, Muhammad les dijo:
"Los judíos dicen: 'La mano de Dios está encadenada'. ¡Encadenadas sean sus propias manos y malditos sean ellos por lo que han dicho! ¡No! ¡Extendidas están sus dos manos! Él otorga sus dones como le place". (5:69).
Haría mal un Musulmán en cometer el mismo error al decir que con el Corán se ha sellado el rollo de la Revelación Divina por todos los tiempos, pues Muhammad asegura que Dios es libre para enviar los Escogido que Él desee a la humanidad:
“Por Su propio mandato Él hará que los ángeles desciendan con el Espíritu sobre quien Él plazca de entre Sus siervos, ordenándoles: ‘Advierte que no existe más Dios que Yo; por tanto, temedme’". (16:2)
“Dios escoge a Mensajeros (Rasúl) de entre los ángeles y de entre los hombres. Verdaderamente, Dios es El que Escucha, El que Ve". (22:75)
“¡Oh Hijos de Adán! Vendrán a vosotros Apóstoles (Rasúl) de entre vosotros, recitando Mis signos para vosotros; y quienquiera teme a Dios y hace buenas obras, no lo visitará el miedo, ni experimentará dolor". (7:35)
“Tal es el método de Dios, efectuado en tiempos antiguos; ningún cambio podrás hallar en el modo de tratar de Dios". (48:23)
¿Cómo imaginar que el océano de la Revelación Divina se ha secado por las efusiones contenidas en el Corán, si Muhammad enseña que la Revelación de Dios es mucho más grande que lo contenido en su propio Libro, pues no tiene final y su fuente es inagotable:
“Si el mar se hiciese tinta, para escribir las palabras de mi Señor, sin duda el mar se agotaría antes de agotarse las palabras de mi Señor, aunque se trajese otro similar en su apoyo”. (18:109)
“Si todos los árboles sobre la tierra se hiciesen plumas y si después Dios hinchase el océano en siete mares de tinta, no se agotarían sus palabras, pues Dios es el Poderoso, el Sabio”. (31:26)
En el Corán se encuentra un principio que rige la aparición de todos los Enviados de Dios, sin excepciones siquiera para el Islám. Este principio dicta que todo pueblo que recibe a un Mensajero de Dios, tiene un término fijo o un plazo asignado, después del cual Dios revela un nuevo Libro Sagrado mediante otro Escogido, sellando la etapa anterior e iniciando otra nueva: “Cada pueblo tiene su término establecido. Y cuando vence el plazo, no lo podrán atrasar ni siquiera una hora, ni podrán adelantarlo". (7:33) “A cada período su Libro. Lo que a Él le plazca Dios abrogará o confirmará, pues suya es la Fuente de la Revelación". (13:38) “Ni demasiado pronto, ni demasiado tarde, cada pueblo llegará a su momento asignado”. (23:43)


3.4.3. Profecías Coránicas:

Efectivamente, existen varias referencias en el Corán a grandes Personajes y Prometidos que tendrían que llegar después de Él. Se agradecerá al lector ayudar a completar algunas citas referentes al Qá’im, el 12vo Imám, el Retorno de Cristo, el pueblo de Salmán, etc.

Muhammad advierte a sus seguidores: "...y si Le dais la espalda, Él os cambiará por otro pueblo, y ellos no serán como vosotros.” (47:40) Según un hadith autenticado (4), le preguntaron a Muhammad cuál era aquel “otro pueblo” que reemplazaría a los Árabes. Uno de sus creyentes, Salmán el Persa, estaba sentado cerca y Muhammad puso la mano en su pierna, diciendo: “Él y su pueblo.” Y entonces continuó: “Por el Verdadero, en Cuya mano está mi vida, si la Fe de Dios estuviese suspendida en los Pléyades, seguramente los Persas la alcanzarían.” “Y añorad el día cuando el Pregonero os llamará desde un lugar cercano. El día en que los hombres en verdad oigan aquel grito, será el día de su salida de sus tumbas.” (50:14)

Existe una tradición (hadith) en el Islám, según la cual en el Último Día se levantará el Sol desde su occidente, o el punto de su puesta (maghrib). Esto significa que el Sol de Muhammad se puso en el Islám y que el Sol del nuevo Mensajero se levantará desde el Islám.

El Corán anuncia que habrán dos trompetazos en el Día del Juicio, lo cual significa dos Mensajeros de Dios (Rasul), a seguirse estrechamente:
“Y sonará una vez la Trompeta y todos los que existen en el Cielo y en la Tierra expirarán, salvo aquellos a quienes Dios otorgue la vida. Entonces sonará por segunda vez, y ¡he aquí! se levantan y miran alrededor. Y la tierra brillará con la luz de su Señor.” (39:68-69)
“Un día, el perturbador trompetazo lo desequilibró (al universo), al cual le seguirá el segundo trompetazo... Verdaderamente, será como si fuese un solo trompetazo.” (79:6-7,13)
Es deber de todo Musulmán buscar el cumplimiento del Día del Juicio, repetidamente prometido en el Corán, así como el cumplimiento de las profecías referentes a las dos Manifestaciones (Rasúl) que han de aparecer en ese Día, es decir: el Mihdí y el Retorno de Cristo para los Sunníes; y el Qá’im y el retorno del Imán Husayn para los Shiítas.

Además, el siguiente versículo nos enseña que cuando aparece un Enviado de Dios, es probable que las personas se opongan a Él, pues siempre viene con aquello que sus “almas no desean”:
“¿Siempre que un Apóstol (Rasul) os llega con aquello que vuestras almas no desean, os hincháis de orgullo y a unos tratáis de impostores y a otros matáis? (2:87)

Notas:
  1. Pronúnciase Jatém Anabiyín y Jatámol Anabiyín. La variación se debe a que en árabe, debido al uso de marcas diacríticas para las vocales, a veces no queda claro cuál es la vocal correcta.
  2. Antiguamente se usaban anillos especiales para imprimir insignias en el “lacre” o cera de sellar. Estos anillos eran además joyas valiosas, siendo obrados en metales preciosos.
  3. El Corán se refiere al Día del Juicio como Nabá (la Noticia), una palabra con la misma raíz que Nabí.
  4. Esta tradición es aceptado tanto por Sunnitas como por los Shiítas, habiendo sido registrado por Nasafi, Vol. IV, p. 169, y por Muhammad Farid Vajdi, 3ª edición, p. 676.


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