5.4. Pruebas de un Profeta

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5.4. Pruebas de un Profeta

Para reconocer a un Profeta, no se puede emplear criterios arbitrarios, como es ilustrado en estas palabras de Cristo: “...vino Juan, que no comía ni bebía, y ellos dicen: “tiene un demonio.” Vino el Hijo del hombre, que come y bebe, y dicen: “Éste es un glotón y un borracho... Pero la sabiduría queda demostrada por sus hechos.” (Mateo 11:18-19)

Los hechos para demostrar la sabiduría de un verdadero profeta se encuentran especificadas tanto en la Biblia Judía y Cristiana como en el Corán. Le corresponde al buscador sincero investigar a fondo la vida y obra de Muhammad para comprobar si cumplen con estas señales.

5.4.1. La Prueba de Moisés:

En el Pentateuco, Moisés dice que si una persona afirma ser Profeta y sus palabras se cumplen, debemos seguirlo; y si no se cumplen, debemos dejarlo a su suerte. Hay muchos versos coránicos que predicen eventos futuros que efectivamente ocurrieron.

Por ejemplo, el ejercito romano recibió una dura derrota en Antioquia en el año 613 y como resultado los persas empezaron a avanzar en todos los frentes. En aquel momento, hubiera sido muy difícil imaginar que los romanos derrotarían a los persas. Sin embargo, en el Corán se lee: “Los Romanos han sido vencidos en la tierra más próxima. Pero ellos, a pesar de su derrota, vencerán dentro de bid’i (3 a 9) años....” (30:2-4) En el año 622, nueve años después de la derrota romana, las fuerzas romanos y persas se enfrentaron en Armenia y el resultado de la batalla fue la decisiva victoria de los romanos sobre los persas, por primera vez después de su derrota en el 613. La promesa fue cumplida tal y como constó en el Corán.

5.4.2. La Verdad Prevalecerá:

Similar prueba coránica de la validez de un Mensaje divino es que, si en verdad es de Dios, se expandirá y prevalecerá en el mundo, mientras que la falsedad quedará eventualmente en la nada: “Dios ha escrito este decreto: ‘Sin duda prevaleceré, y Mis Apóstoles también.’ En verdad, Dios es el Fuerte, el Poderoso” (58-21); “...arrojaremos la verdad contra la falsedad y lo golpeará y ¡he aquí! desaparecerá” (21-18); “Verdaderamente, la falsedad es una cosa que desvanece” (17:83).

Es evidente que la Fe de Muhammad, lejos de desvanecer y quedarse en la nada, se ha expandido y prevalecido en el mundo, al igual que las demás grandes Religiones Reveladas que constituyen el legado a la humanidad toda.

5.4.3. Por sus Frutos los Conoceréis:

Otro criterio es el dado por Jesús al decir “Por sus frutos los conoceréis” y confirmado por Muhammad:
“¿No ves con qué Dios asemeja una buena Palabra? Con un buen árbol: sus raíces firmemente fijadas y sus ramas en el Cielo, produciendo su fruto en todas las estaciones por la voluntad de su Señor. Dios expone estas similitudes a los hombres para que quizás reflexionen. Y una palabra mala es como un árbol malo, arrancado de la faz de la tierra y sin la fuerza para mantenerse erguido.” (14:29-31).
¿Qué son frutos? Van más allá de las palabras de la persona; más bien se tratan de su ejemplo de vida y el poder de sus enseñanzas para transformar al pueblo en otro pueblo. En cuanto a lo primero, se ha dicho de Muhammad que:
Él fue el hombre más admirable que ha puesto sus pies en la tierra. Enseñó una forma de vida agradable a Dios, fundó un estado, construyó una nación, sentó un código moral y comprensivo, inició numerosas reformas sociales y políticas, y estableció una poderosa y dinámica sociedad practicante de sus enseñanzas. Revolucionó completamente el ámbito del pensamiento y del comportamiento humano para los siglos por venir... Muhammad... fue un maestro religioso, un reformador social, un guía moral, un coloso administrador, un amigo fiel, un compañero maravilloso, un esposo devoto, un padre amante...(1)
En apenas 23 años, Muhammad logró la transformación total de la Península Arábiga. Logró que sus seguidores pasaran de la avaricia y usura al servicio al semejante y actos regulares de caridad; de la envidia y el orgullo a la tolerancia, indulgencia, cortesía, humildad y agradecimiento; de la irreverencia y la idolatría al amor y temor a un Único Dios, la sumisión a su voluntad, la oración y el ayuno; de la irresponsabilidad a la confiabilidad, constancia, paciencia, desprendimiento, esfuerzo y la economía; de la embriaguez y frivolidad a la abstinencia, la castidad y fidelidad, y el abandono de los juegos de azar; de la ignorancia y el prejuicio a la investigación de la verdad, adquisición de conocimientos y desarrollo de la ciencia; de la corrupción, ilegalidad, anarquía y comportamiento irascible a la justicia, firmeza, obediencia, disciplina, moderación y rectitud; de los combates triviales entre tribus hermanas al rechazo de la división, agresión, murmuración, calumnia, maledicencia.

5.4.4. ¿Cuánto estás Dispuesto a Dar?:

Se encuentra en el Corán una prueba muy interesante como criterio para reconocer la verdadera Religión de Dios. Es que sus seguidores estarán dispuestos a trocar su tiempo de ocio o descanso, sus comodidades y placeres terrenales, sus profesiones y bienes materiales, e incluso sus vidas mismas si fuese necesario, a cambio de la inmensa bendición de servir la Causa de su Señor y vindicar la verdad de sus Enseñanzas.

Muhammad resaltó este hecho como sigue: “Di: ‘¡Oh Judíos! Si profesáis que vosotros, más bien que otros hombres, son los Amigos de Dios, entonces desead la muerte, si sois hombres de la verdad. Pero jamás lo desearán por causa de sus obras previas, y Dios conoce a los malhechores” (62:6).

Le invito al lector a explorar algunos de los muchos otros sacrificios hechos por los primeros musulmanes y por Muhammad mismo.

5.4.5. La Mayor Prueba, que no Prueba Mayor Cosa:

Hay una aspecto que la mayoría de personas espera de un Enviado divino y utiliza para apoyar su verdad. Es la "prueba" de los milagros. Si Ud. pregunta en la calle a diez seguidores de Jesús, "¿Cómo sabe Ud. que Jesús era de Dios?" lo más probable es que nueve de ellos hagan referencia a sus milagros. Cosa semejante sucede en el caso de los Judíos y los seguidores de otras religiones reveladas.

Y sin embargo, todos los Mensajeros de Dios han minimizado la importancia de los milagros, aunque sin duda eran sobradamente capaces de realizarlos. Moisés se resistía ante la insistencia de los Israelitas en el desierto, cuando querían ser constantemente recordados de su poder sobrehumano atestiguando "signos" de ello. Jesús pedía a quienes recibían su curación que no cuenten a nadie sobre lo sucedido. De modo similar, Muhammad se rehusaba a utilizar este medio para convencer a la gente. ¿Por qué?

En primer lugar, por que sabían que el poder para obrar milagros reside en Dios, no en quien le pide obrarlas: “Y dicen: ‘A menos que Le sea enviado un signo de Su Señor...’ Di: Los signos están sólo en poder de Dios. No soy más que un Amonestador verbal" (29:49).

En segundo lugar, por que no querían distraer la atención del verdadero milagro, cual era sus Enseñanzas y el efecto que éstas surtían en sus seguidores: "¿Di:... No es suficiente para ellos que Te hemos enviado el Libro para que les sea recitado? En esto, verdaderamente, se halla una misericordia y una advertencia para quienes creen” (29:50).

Además, los milagros generalmente no constituyen una prueba suficiente para que una persona crea en el rango o la verdad de un Mensajero de Dios. Por una parte, por que sólo unos pocos los ven y el resto los conocen de segunda mano, quedándoles siempre la duda de si en realidad sucedieron. Por otra parte, por que aún quienes los ven deben decidir si son verdaderos milagros de Dios, o más bien trucos de magia, como creyeron los egipcios de Moisés, o incluso obras de un demonio, como decían los judíos de Jesús. En la Revelación de San Juan, se dice que la "Bestia" obrará muchas maravillas para engaña a la gente de ese modo.

Esto explica por qué han sido rechazados, perseguidos e incluso muertos muchos Apóstoles de Dios, a pesar de haber efectuado milagros. En referencia a los judíos y sus objeciones contra Muhammad, leemos en el Corán:
“A quienes dicen: ‘Verdaderamente, Dios nos ha instruido no dar crédito a un Apóstol sin que él nos presente un sacrificio que sea devorado por un fuego del Cielo’, di: ‘Ya os han llegado Apóstoles antes de Mí con milagros, y con aquello de lo cual habláis. ¿Por qué los habéis dado muerte? Hablad, si sois hombres de la verdad’.” (3:179-80) (2)

Notas:
  1. "Usted debe Conocer a este Gran Personaje" por Ing. Hesain Pasha. Tríptico del Centro Islámico del Ecuador.
  2. Véase más sobre los milagros de "Pruebas de la Misión".

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